La representación en la arquitectura es solo otra expresión más de los deseos del arquitecto. No nos limitamos solo a crear espacio, sino que también lo recreamos. Somo unos diseñadores exhaustivos que van más alla de la figuración. La belleza espacial está en todos los detalles; que van desde el primer boceto hasta el ultimo armado.
Ese espíritu, esa búsqueda de la belleza y finalmente su materialización es lo que nos diferencia de los ingenieros o de los economistas y que nos acerca mucho más al mundo del arte.
La representación arquitectónica es otro expresión artística más y aún cuando un dibujo es preciso, exacto y matemático no tiene que dejar de ser emotivo.
Espero que este croissant y estos mecanismo lo confirmen.
“Manduca Quinquemaculata (Tomato Worm)”, 2011 JUSTIN AMRHEIN
Como acotar un croissant, Enric Miralles